30 octubre, 2011

Una de facinerosos

Araujo, querido, qué semana del orto. Este laburo de mierda, qué te voy a contar. El lunes me agarró una contractura de esas que te matan. La cuestión es que tenía un mareo que no podía ni pensar. Peor que borracho, todo el tiempo. No se puede laburar así, podés hacer cualquier cagada, viste. Ya me pasó una vez. No me podía ni parar. Dicen que son las preocupaciones. Esta vez, no perdí tiempo y me empastillé de una, y ayer fui ver al Tordo.

Resulta que tengo el cuello rígido y un principio de artrosis. Qué mierda. Artrosis es enfermedad de viejo. ¿Estoy viejo, Araujo?

La cuestión es que no pude ir a hacer ese laburito que te dije, viste. Yo creo que el Roto me va a salir a buscar a mí. Decí que tuve tiempo de avisarle a Karpasczy. El polaco ese es bueno, no se le escapa ni un cliente, pero siempre deja todo muy enchastrado, llama mucho la atención y después el Roto se tiene que andar bancando los titulares "Triple crimen en Pereyra: ¿mensaje mafioso?". Si dan ganas de mandar un anónimo y decir "si, boludo, qué te pensás que es, ¿un libro de versos?".

Pero claro, al Roto no le hace gracia el chiste. Es muy serio. Le gusta más como laburo yo. Dice que lo mío es más "quirúrgico". Le gustan esas palabras, al Roto. Pero imaginate, con el mareo que tenía la semana pasada a ver si me queda alguno boqueando o me la pegan a mí, qué se yo. Yo no podía. Y Karpasczy aceptó un cincuenta; después de todo, era laburo mío. Un cincuenta está bien, ¿no? ¿Vos decís que me zarpé? No creo, un cincuenta está bien. Creo. Por ahí un sesenta. Ya está, el laburo está hecho y ahora el Roto me busca.

Me dijo Artiola que está caliente. Que dice que no puedo borrarme sin avisarle. Que Karpasczy es medio bocón y la puede cagar con cualquier pelandrún que hace policiales para Diario Popular. Por mandarse la parte, nomás.

Qué merda. Me vuelve el mareo. No puedo pensar, Araujo. Yo no creo que Karpasczy sea tan boludo. En este laburo no durás 7 años, como él, si sos tan boludo. Siete años amasijando giles. No, boludo no podés ser.

El Tordo me dijo que siga con las pastillas. De la artrosis no me dijo nada. ¿Se puede seguir en este laburo con artrosis? Yo no sabría qué hacer y no me da para jubilarme. Si yo me siento un pendejo. Preguntale a la jermu de Rodríguez, si estoy tan viejo, je. Rodríguez se tiene que cuidar. La mina anda boconeando boludeces. Que se queda con vueltos. Yo creo que el Roto se la tiene jurada. Lo anda dejando arrimarse mucho, lo trata de amigo. Si el Roto te trata de amigo, tenés que desconfiar. Miralo al Tano Petruzzi. Que parecía que el jefe era él. Y todavía buscan pedacitos en Parque Pereyra.

Ese laburo lo hice yo. Me dio pena, el Tano. Habíamos tenido varios encargos juntos y nos cagamos de risa, como cuando se nos desparramaron las tripas de un buchón por el camino de Boca Cerrada. Lo llevábamos para Ensenada y se nos abrió la caja de la chata. También, a quién se le ocurre llevar un fiambre en una chata. Estábamos bastante del orto. Para relajar después del laburo, viste. Pero qué problema nos íbamos a hacer, si por esa zona no pasa nada, es tranqui. Viste cómo es Boca Cerrada. El pozo más chico entra un chabón parado. Nos comimos un pozo y se desenganchó la puerta. El fiambre rodó al asfalto. Menos mal que nos avivamos. Lo habíamos tenido que coser a puntazos y con la caída se le fueron las tripas por los agujeros. Rodó como cincuenta metros y dejó el desparramo. Nos bajamos con el Tano y juntamos lo que pudimos. Después de todo, la idea era que hiciera de carnada de los dorados. Y el Roto que dice que lo mío es quirúrgico. Quedaron restos de tripa, igual, y pensamos que los caranchos se iban a ocupar. Pero algún pescador lo tiene que haber notado, porque me dijeron que salió en El Día de La Plata un suelto sobre la ineficacia de los transportes de los mataderos. Como si los mataderos no estuvieran por el lado de Gorina, bien en la otra punta. Menos mal que no salió lo del mensaje mafioso.

Pero bueno, lo tuve que amasijar al Tano. El jefe se la tenía jurada, por agrandado y bocón. Le dimos el Bola y yo. Lo agarramos saliendo de la casa y lo metimos en el auto. Como era de los nuestros, lo fusilamos en Parque Pereyra. El Bola lo descuartizó; medio que le gustan esas cosas, mucho morbo. A mí el Bola no me da confianza. Estuvimos como hasta las cuatro de la mañana dando vueltas por Pereyra, a oscuras, sin luces, sembrando pedazos por acá y por allá. Al primo del Tano, que es tira y manejaba con él los camellos de Altos de San Lorenzo, le mandamos el dedo con la alianza en un ataúd chiquito. La idea fue del Roto. Lo había leído en algún lado. Al Roto le gustan esas cosas.

Por eso te digo, que Rodríguez se cuide. Y por eso te digo que Karpasczy no puede ser tan boludo.

Pero no hay que abusar. Mañana le salgo al cruce y lo voy a ir a ver al Roto, explicarle y ver si garpa. A ver si encima me tengo que arreglar con Karpasczy. Pero todavía estoy mareado.

Qué poronga. Me tocan las pastillas de mierda.

Cuidate, Araujo, aunque yo sé que a vos difícil que te hagan cantar ninguna.

8 comentarios:

Mariana dijo...

Un relato de otro tiempo. Esa es la impresión primera. Lo superfluo también pasa a ser relativo, como el tiempo, noticias de ayer, comentarios de mañana...(y toda esta sarta de palabras para decir que me gustó mucho, pulgar arriba facebookeano)

morgana dijo...

Leída por segunda vez y tan impactante como la primera. Bien cumpa, ¡bien!

carlos dijo...

muy buenas las voces

Pablo dijo...

Hola Marian. ¿Y por qué de otro tiempo? A ver, contame...

Qué bueno, Morgana, saber que resiste uan segunda lectura. Nos estamos viendo.

Gracias, Carlos.

Mariana dijo...

La impresión que tuve, ¿sabés cuál fue? la de las aguafuertes porteñas, por eso tal vez lo de otro tiempo. Gran relato Pablo, siempre es un placer leerte!

Pablo dijo...

Nahhhh, ¿las aguafuertes? ¿Me decís en serio? ¿Y cómo hago para pasar por esa puerta ahora?

Hipólito Darío dijo...

Me parece conocerlo al roto ese. Excelente.

Pablo dijo...

Bueno, estás avisado Hipólito, si el Roto se te hace el amigo, dispará.

Saludos!