13 febrero, 2009

Calistenia

En la dimensión física del escribir, entra también el desentumecerse los dedos. Agitarlos velozmente sobre el teclado, garrapatear (garrateclear) boberías nada, carabelas, letras en orden tuntún, qwerty uióp, y entrelazar los dedos, dar vuelta las palmas hacia el frente, estirar los brazos (hiperextensión de los músculos extensores del alma).

Luego, con suerte, lograr que una idea aparezca: en la dimensión física del escribir, el tímido calor de las manos ("me pican las manos, reina") busca estimular la secreción de los jugos que ponen a funcionar la mente (secreciones del alma), para lograr que la brutal inercia ceda y la motricidad fina (de los dedos y del alma) dé lugar a un verso, una estrofa, un poema, un cuento, un ensayo o algo, apenas algo, algo así, que sea (en sí y para otros) un hecho social significativo...

5 comentarios:

Vero dijo...

¿Desperezándote? Bienvenido, y espero que sigas con tus ejercicios. Un beso.

Anónimo dijo...

Hola Vero!!! No exactamente, porque no ha sido pereza, sino mas bien la dedicación a otros ejercicios. Yo también lo espero. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Calentar los dedos,
Calentar la imaginación,
Re-calentar los recuerdos,
Calentar el tiempo, el espacio, el momento.
Y entre la primera y segunda palabra que desborda el monitor, dejarte llevar suavemente por tu improbables afición.
Escribir un verso.

Anónimo dijo...

Hola Chinasklauzz. Me quedé pensando en lo de "improbable"...

Un saludo...

Anónimo dijo...

Para mí es improbable que escribir sea una afición o un hobbie o un placer, como siempre escucho por ahi y siempre me lo dicen.

A veces tu alma pierda algo cuando escribes un verso.

Solo eso.

Chinasklauzz