28 junio, 2007

Una de amores trágicos...

-Es claro que ella te gusta, y mucho- le dije.

-¿Y qué carajo hago yo con eso? -me contestó- ¿Escribo un poema? ¿Tallo el tronco de un árbol milenario? ¿Compro un ramo de flores y se lo mando sin remitente? ¿Cruzo un pasacalles frente a su puerta? ¿Mato a mi mujer y huyo al desierto? Esa, esa es buena. Y espero después que una víbora me muerda, insensible, ignorante y certera, para dejarme al sol mientras me muero. Bien, bien dramático, cinematográfico. Pero ella no me quiere. Punto.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

eso nunca se sabe, así que nunca puede ser el norte de la acción. Hay que mandarse sobre la firmísima base de que una mujer nunca sabe lo que quiere.

Vero dijo...

¡Ah! Me enamoré de esos siete renglones. Carlos: no comparto.

Anónimo dijo...

¡Qué pena! ¿Y si hacemos que el chico efectivamente mate a la mujer y se vaya con la "chiruza esa" (que sí resulta que lo quiere) al desierto y los dos monten, por ejemplo, un oasis o algo similar y viven felices y comen perdices...?

Ya sé que no es tan trágico, excepto por el asesinato, las inclemencias climáticas y lo caros que hoy día están los oasis, digo: ¿si mejor, ponele, esta vez todo sale bien y ni siquiera hay que matar a la mujer sino avisarle que el que avisa no es traidor?, no sé, yo digo nomás.

Anónimo dijo...

bueno, lo mío era una bravuconada, lo reconozco. Ser bravo en cuero ajeno es fácil. Y ser bravucón más fácil todavía.

betina dijo...

yo creo que lo único verdaderamente trágico es su certeza de que ella no lo quiere.
el resto es tragedia.

Anónimo dijo...

Carlos: no me arrugue, Don. De su tesis, me quedo con la parte pragmática: "hay que", pero resigno la esencialista: no sé qué atributos le corresponden al Eterno Femenino.

Vero: qué bueno, ¿en serio? Un arrebatado el tipo, pero ¿no te parece medio melodramático?

Luc: si fuera gente de verdad, desearía para ellos una inversión en oasis y un divorcio civilizado, pero, ¿qué sería de una fantasía escritural sin un poco de desmesura?

Betina: no entiendo del todo por qué oponés (o parece que oponés) lo trágico a la tragedia, pero en todo caso, lo que este fragmento retacea es si el pibe no se mandó y supone o sabe porque se mandó y fue rechazado. Igual, sobre la firmísima base de la tesis carliana, podemos pensar que no sería la primera vez que con un poco de insistencia se da vuelta un resultado...

Abrazos.

Vero dijo...

Claro, Pablo, me parece melodramático, sin medio y sin pero. Me gustó así. Pero no hay caso, él quiere a otra (ji). Beso.

Anónimo dijo...

El melodrama ha muerto, ¡viva el melodrama!

(Pablo ;-)

Anónimo dijo...

Ah, me olvidaba: eso no se sabe nunca, Vero ;-)

Anónimo dijo...

Justamente yo decía porque fuera de la fantasía escritural, las cosas suelen ser muy demasiado superiormente melodramáticas. Entonces... ¿qué tal si inventamos una fantasía de final feliz?

Además vende más.

Anónimo dijo...

Me convenciste, Luc, en cuanto pueda, un post pum para arriba y con final feliz. Inauguremos un nuevo género: la melocomedia.

betina dijo...

pablo, en realidad lo que me apareció cuando lo leí fue que la historia podía dar para una tragedia (literaria) pero que el "desamor" de ella (real o no, no importa) no tenía nada de literario para él (y por eso lo "verdaderamente" trágico)

en cuanto a la hipótesis carliana, totalmente de acuerdo: el resultado nunca es apriori

Luciana Rezzónico dijo...

Las melocomedias ya existen. Son las comedias musicales!



Cuac!


Beso.

Jorge Alberdi dijo...

¿Y si cambiamos la selva misionera por el desierto y creamos un nuevo Horacio Quiroga? Lo de la víbora me gustó.

Anónimo dijo...

Ah, ahora te entiendo, Betina...

Claro, Luciana, qué torpe fui!

Y si a todo le sumo la sugerencia de Jorge (el temperamento o el carácter de un Quiroga), me imagino una comedia musical que tendría el tono y el humor de "Bailarina en la oscuridad", de Von Trier...

Reina dijo...

Nunca viene mal hacerle saber a alguien lo que uno siente o aquello de lo que tiene ganas. O sea, si fuese yo el sr. haría todo lo que se me ocurriera para que ella se entere lo que quiero decirle. Si fuese ella, aunque más no fuese le agradecería tanto despliegue y tanta cosa. Después no sé, le daría al sr. unos minutos...

Anónimo dijo...

Daniela! Parafraseando al filósofo contemporáneo: no creerías las cosas que el sr. ha hecho por unos minutos de ella...

Un gusto verte por acá...