25 agosto, 2011

Una que sepamos todos

Elogio del pastiche y del sincretismo

El contexto lo brinda una de estas nobles iniciativas primermundianas que logran extraer valor de la miseria de los otros, lo que no está necesariamente mal. La posibilidad la crea una tecnología que no por incorporada desde hace ya bastante deja de maravillarme. El resultado son cosas como esta:



o esta:



Entonces, reflexiones superficiales:

x) El reggae como “lengua vehicular”. El reggae como lugar común donde todo y cualquier cosa puede desplegarse. Cómodamente.

3) La idiosincrasia como una cuestión de tratamiento armónico: en el video Groove in G, cada músico, como estila decirse, “interviene” la base en sol apelando al peculiar repertorio armónico del género que domina o que le es, digámoslo así, natural. Y el resultado funciona.

b) Una historia de sincretismo (en la cual los Beatles son condición necesaria) que nos trae a un presente donde nuestros oídos son capaces de admitir estas combinaciones: una misma pieza donde se reúnen las escalas y los timbres del flamenco, del blues, de tales o cuales músicas asiáticas o africanas cuyos nombres desconozco.

///) La magia de estas tecnologías de la ausencia, capaces de crear la ilusión de que variados sonidos acontecen en un mismo “espacio acústico”.

j) El “espacio acústico” como territorio utópico donde es posible la reunión de variadas telepresencias.

VI) El “tempo” de la música, como ficción desvinculada del “aquí y ahora” del músico. Nada nuevo: la música se graba en “sesiones” desde hace ya medio siglo, si lo piensan. Casi toda la música que escuchamos no supone que los músicos que la tocaron hayan estado juntos jamás.

7) El montaje como énfasis de todas estas ficciones. El montaje y la edición como apoteosis de la idea frank-zappiana de “composer”.

XIX) La escala humana. “Bono. Dublin, Ireland”. Aún encerrado en un bunker (contraste respecto de las locaciones exteriores de los demás músicos que algo nos dice), aún cumpliendo su papel de “endorser”, el tal Bono se me antoja aquí devuelto a la escala humana, un tipo cantando, como los otros tipos, tocando. Algo que ya he dicho por aquí: la música como algo que hace gente.

//) La afinación temperada occidental como hegemonía.

omega) Otras reflexiones no mencionadas aquí.


Más Playing (que puede entenderse como "tocando", pero también como "jugando") for Change.

8 comentarios:

Ignoto Transversal dijo...

Pablo:

Muchas gracias por estos 04:56 de placer.

Gran post.

se vemo.-

Pablo dijo...

¿Vió qué lindo, Ignoto? Vaya y busque la versión de Higher Ground. No tiene desperdicio.

Se vemo, claro

Pablo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=-Abi0sRTUbU

Pablo Seguí dijo...

Pero, más allá de escucharse mutuamente, ¿cómo coordinan? Por ejemplo, el tema en sol, ¿cómo saben para darse la señal de cierre? ¿Estaban escritas ya las partes, la duración?

Lindo post, tocayo.

Pablo dijo...

En la página de Youtube de ese video, lo describen como una "jam", es decir, que básicamente, todos están improvisando. Dicho eso, que es lo único que sabemos con (frágil) certeza, especulemos.

La base es completamente vamp y no tiene marcas, así que, puesto a improvisar, usted puede darse entrada y salida donde se le cante.

¿Se fijó en el indio del final? ¿No le da la impresión de que el final lo sorprende? Como que levanta la manito para decir "epa, terminó! ok, acá me quedo".

Y no se olvide del artificio de la edición: ¿quién le dice a usted que la parte que escucha en el lugar en que la escucha fue tocada precisamente ahí? Es más: cuántas tomas de cada "parte" hubo? Al principio, en la escena del español, alguien dice "Groove in G, take one". ¿Y quién le dice que está escuchando todo lo que cada músico tocó?

El compositor, aquí, es el editor.

Eso, en el tema en sol.

En el otro, puede ser que hubiera partes previamente escritas. Las voces ensamblan muy bien como para que cada quien haya estado en la suya. En otro video, donde interviene uno de estos coros africanos, mencionan al director y le atribuyen los "arreglos". Es de suponer entonces que si no todas al menos algunas partes sutanciales están escritas (entendiendo "escrito" en sentido amplio).

Es decir: no tengo ni la más puta idea.

Gracias y abrazo...

Pablo dijo...

Una cosa más: lo remito aquí para pensar sobre la improvisación, en especial, el pujnto 6...

Pablo Seguí dijo...

Buenísimas tus observaciones como un análisis preliminar.

A mí me da la impresión de muy armado, muy elaborado. Muy programado. Suena muy lindo, eso sí, y lo que a uno lo cautiva -uno es hijo de los sentidos- es que eso SE ESTÁ DANDO: que la tecnología es transparente, y se dio una interpretación total y, sobre todo, totalmente comunicativa. Comulgante.

Con respecto al guaso que levanta la mano, ¿estás enterado de la práctica de los músicos creo que sufi, que levantan la mano, tal cual la imagen, cuando alcanzan el éxtasis místico en sus músicas? Ojo: este dato lo tengo de segunda mano.

Lo de Contursi, el decálogo con una más, es muy lindo. Y el punto 6 está buenísimo. Algo se genera, atravesando a uno y más allá de uno, en el hacer música. La cosa, entonces, pasa por la receptividad bien abierta, para continuar, prolongar, lo que el otro está haciendo. Pero, sobre todo, ese punto de que uno y el otro no están tan discontinuados, expresado excelentemente en ese punto 6, está buenísimo, y es la cosa.

Abrazo.

Pablo dijo...

No tenía idea de esa práctica creamos que sufi. Claro, cambia mi interpretación del gesto! Yo no sé si éxtasis místico, pero el chabón estaba metidísimo en la música, fijate su disposición física, encorvado, reclinado sobre el intrumento, la cabeza casi tocando las cuerdas... (Algún día habrá que hacer una semiótica ficción de la disposición física que cada instrumento construye.)

Y me encantó tu corolario; suspender el juicio y disfrutar la magia operando. No hace falta analizar el cómo para percibir eso que se está dando. Y me gusta también que, por la forma en que lo expresaste, traigas a cuento cierta idea de don.

La música como potlach...

Un abrazo y seguimos escuchando...