23 octubre, 2010

Lugares comunes sobre la vida ordinaria


Es un momento extraño. Él duerme y ella, entonces, después de apagar el televisor, por impericia, descuido o rencor, viene a la cama y lo despierta.

Él se resiste a abandonar el sueño (está tan cansado), pero igual algo dice. En esos momentos, es de una franqueza irrestricta (huelga decirlo: en ese estado hay barreras que no funcionan).

Ella elige, normalmente, ignorarlo e intentar dormir.

Así pasan sus noches. Él se duerme, ella lo despierta y, cuando él se despierta, ella se duerme.

Las mañanas son peores. Ella ni se mueve. Él se despierta, se ducha, se va a laburar. Ella sigue durmiendo.

Los dos saben. El problema no está en un error de diagnóstico.

4 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

maldita mediocre cotidianidad

Pablo dijo...

Lo peor es darse cuenta y no ser capaz de hacer algo al respecto...

Vero dijo...

Podríamos decir: el problema no es el diagnóstico sino la falta de tratamiento. Eso, hasta la agudización de los síntomas y la solución de urgencia (¿salida de emergencia?). Saludos, Pablo.

Pablo dijo...

Jejeje. Hay trauma. Se hace necesaria reanimación. Algo logra el tratamiento de urgencia. Finalmente, rehabiliticación y a vivir con las secuelas.

Abrazos..