26 septiembre, 2007

De la social construcción y circulación del sentido

Sumario de navegación (o un retromapa de la circulación del sentido):

Vero puso un post. Varios le dejamos comentarios. Inspirado por el post de Vero, Puck puso otro post y nos propone una deriva a otro suyo más viejo. Por si fuera poco, resulta que hace un tiempo, Vero había puesto este otro post sobre el mismo tema, que tenía algo que ver con este que, por mi parte, había puesto yo. Con diferentes grados de separación en la mutua referencia y en el tiempo, están relacionados.

Ergo:

Yo iba a dejar lo que sigue como un comentario más al post de Vero, pero sentí que abusaba de la amabilidad de la anfitriona cuando ví la extensión de lo que había escrito (y que presupone todo lo dicho allí):

Yo sigo preguntón: ¿no será que lo interesante, lo estimulante, es el intersticio entre lo que uno cree pensar y el desafío que le plantea la posición adversa? ¿No será que la riqueza de la frase clave de Baterbly es que habilita las acrobacias de Borges y las de Deleuze (a propósito: convengamos que Deleuze no habrá traducido nunca "preferiría no" -¿cómo lo habrá dicho en francés?)? ¿No será descubrir las trazas de la corrección del borrador (ya sabemos: otra cosa corresponde a la "religión o al cansancio") lo que seduce?

¿Y puede estar en juego otra cosa que seducción en una teoría (y pienso en Baudrillard, como lo más obvio, pero en Rorty también)? ¿Está mal dejarse seducir por lo que nos seduce? En el post antiguo que menciono arriba, Vero traía a cuento la idea de la Sontag (releo el post y refresco ahora que era la Sontag) sobre una "erótica del arte".

Será necedad de enamorado, pero me niego a aceptar que haya en un texto algo inmanente que lo justifique de una vez y para siempre: es la idea base que prende todas las hogueras.

A todo lo cual no cabe sino la reacción de Vero: "A la marosca!"

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es necedad de enamorado, estamos hasta las manos de amor. Digo, que yo también. Si hay algo que no cabe junto a la palabra "texto" es cualquier inmanencia. Pero también, a la vez: si hay algo injustificable es un texto.
Me gusta cuando circulamos y circulamos sentido (ya sé, no digas nada: como si pudiéramos parar). Me gusta "marosca" y lo que dice la chica del uso de palabras así por parte de Cohen. Me gusta cuando sos preguntón, pero esto último ya te lo dije tantísimas veces.
Circulen, señores. Circulen.

inx dijo...

Che, ¿no lo estaremos traficando al sentido? A la marosca y a la pipeta, si es así. Saludos, Pablo.

Anónimo dijo...

Puck, me inspirás más preguntas, (gracias): recuperar palabras en desuso, ¿no es del mismo orden que inventar nuevas?, la arqueología léxica y el neologismo, ¿no son los momentos de un mismo vaivén? (¿algo que ver con la dichosa frasesita de Friedrich con que solemos aburrir a la concurrencia?). A mí me gusta "estar esgunfio", por ejemplo. Me llega, como creo que a cualquiera de nuestra generación, por Arlt (lo que era habla popular sobrevive como lengua literaria, supone el ejercicio de la lectura, con perdón de la expresión, "cultivada"). Aunque tengo el vago recuerdo de hebérsela escuchado a algún pariente mayor, tomo conciencia de la expresión al leer las Aguafuertes. Y se me pega, me resuena, me queda ahí, disponible.

Inx: ¡y daaaaale! Trafiquemos, que se acaba el mundo!. Saludos para vos (y permitime decir, que, si bien me doy cuenta que nuestro mutuo leernos no da lugar a las efusiones que nos permitimos con otros, siempre me alegra especialmente verte por aquí)

Vero dijo...

Acá vengo, a repantigarme en tus sillones. Pablo, la profe, con eso no dejarnos enamorar nos alertaba contra cierto grado de ceguera que se da a veces. Enamoramiento como cesación del cuestionamiento de una teoría "autorizada", eso. Por eso lo relacioné con lo que decía el Kuru. Lo de Sontag iba por otro lado, creo. Seducción hay siempre, y uno se deja, ji, pero con un ojo abierto para pispear qué más hay, ¿no? Gracias por la consideración, Pablo. Besos. ¡Ah! Y claro que Delés tradujo en francés, pero hay en ese ensayo toda una justificación de la necesaria ausencia del pronombre, así que maomeno vendría a ser eso, en fin. Más besos.

Anónimo dijo...

Repatínguese, nomás. Me quedo con la reconvención de tu profe. O con tu "dejarse seducir pero seguir pispeando". Besos

Anónimo dijo...

(me quedé pensando en la admonición de la profe; me quedé pensando si no es, llevada a un extremo que no tengo por qué suponer que la profe la llevara y que no creo que, Vero, vos la lleves, si no propende a un relativismo del desapasionamiento, a un todo-me-da-igual; me quedo pensando si no hay, incluso en materias tan poco sexys como la teoría, un núcleo irreductible, pasional, un "eso ni en pedo" irracional e injustificable teóricamente pero inclaudicable; me quedé pensando)

inx dijo...

La teoría me sugiere la imagen de alguien que toma alguna cosa con una pinza, algo seguramente muerto ya, (de modo que no se resista al análisis)distante y frío como un observador pretendidamente objetivo, del mismo modo que puede ser objetivo el enterrador profesional que cava la fosa y echa el cajón y lo cubre, el cajón que contiene un desconocido. Pasión y compasión, en cambio, resultan efectos deseados e indeseados, de una experiencia vivida y vívida. La diferencia tal vez radique en el concepto de conocimiento, opuesto para algunos (algunos entre los que me cuento)a sabiduría. Discúlpenme la autocita (de todos modos es robada de la vida no escrita)
"saber que el agua sirve
para saciar la sed
no sacia
la sed que hay en los hombres. Habría que beberla."

Vero dijo...

Oia, debería haber dicho algo acá, después de tu "vos, Vero". No, Pablo, me parece que es al revés. La profe nos animaba a la apertura, que no creo que lleve a la indiferencia, más bien al contrario, afina la sensibilidad, se me ocurre, cómo va a dar lo mismo todo (qué difícil es ajustar, al menos para mí, estos conceptos). Con respecto a la pasión en la teoría, miralo al Benjamin. Ahora pienso que quizás no fue feliz utilizar la palabra enamoramiento. Si yo me enamoro. Es que soy una enamorada infiel (¡jua!).

Anónimo dijo...

¡Hola Vero!, qué loco que vuelvas sobre este post (loco y lindo). Todo lo que se dijo acá sobre el tema me quedó (también) en rumia (y no sólo lo que se dijo acá: las derivaciones en lo de Puck, los comentarios en tu infierno, todo en todos lados, fue explosivo, parece). No sé cómo seguir la charla sin que adquiera la forma de un debate bizantino. Quiero decir: "¡claro!"

Afinar la sensibilidad, sí. Benjamin, sí (todo Frankfurt, ¿no?, tan oscuros a veces, pero siempre "calientes" -digo yo, como si los hubiera leído exhaustivamente). Freud también era un apasionado, ¿no? Y Marx. No me los imagino tocando con una pinza, como tan bien lo pinta Inx, su objeto. Está bien, Freud planteó una clínica y Marx una política, no serían ejemplos de algo que sea "sólo" teoría, si tal cosa existe. Quiero decir: no me es indiferente lo que Inx viene a traer a cuento, respecto de la "teoría", la cosa muerta, el saber, el conocimiento y el agua. Me acuerdo habérselo dicho a mi profesor de semiótica: "la semiótica como usted nos la enseña se me hace como un taxidermismo de la lengua, un oficio que para mejor tratar su objeto, tiene que matarlo". Soy tan vanidoso a veces, y esa ha sido una de esas veces, que no recuerdo su reacción, me habrá ignorado académicamente. Y ahí nos arriesgamos a banalizar el debate sobre la tensión entre teoría y praxis (tan caro a los estudiantes de sociales), a dicotomizar algo que no es dicotomizable, o que es bien al pedo dicotomizar.

Mentás a Benjamin y asocio (yo hago lío con las citas, las fechas, los nombres): "no hay nada más práctico que una buena teoría". Si no fue Adorno, fue Horkheimer y si no, Popper ;-).

Y enamorarse y no perder la disposición a dejarse seducir, y seguir pispeando, y desenamorarse y volverse a enamorar, cómo no. No sé cómo podría ser de otro modo. Aunque la ceguera del amor tiene su encanto, sirve en un momento (no se puede besar con los ojos abiertos).

Y al que venga a decir lo contrario, tal vez me encuentre dándole la razón.

Quién sabe.

Besos, mi estimada :)

Anónimo dijo...

PS: a juzgar por Google, la frase de la teoría la podrían haber dicho Einstein, Ortega y Gasset, Chesterton, Keynes, Kurt Lewin, Aristóteles y hasta Lenin, juas! Ahora si que no me quedan dudas de haber escrito una burrada, vaya a saber qué oscuro mecanismo me llevó a asociarlo con Benjamin y compañía...