Esta canción es el centro de equilibrio de toda esa construcción que es The Wall: el hombre herido en su alma, destruido por una maquinaria de producción que lo aliena de sí mismo, reparado famacológicamente (y ahí tenemos el arco que va desde el uso recreativo de drogas, hasta la famacopea psiquiátrica, pero también a los suplementos dietarios) para seguir funcionando. “Can you show me where it hurts?”
Who minds.
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