Hay algo que me gusta de cierto jazz y es el recurso a la economía en las herramientas. Comparen a Billy Martin, en este video, con el Bill (oia, dos Williams) Bruford del video de hace unos días.
Ese minimalismo de la prótesis, esa renuncia a buscar el efecto en la plétora de accesorios, me parece algo encantador y poderoso del género. Claro que es algo que no es exclusivo del jazz, ni mucho menos, pero reparo en ello ahora, a la escucha de Medeski, Martin & Wood.
No hablo de "autenticidad" o de "pureza" ni nada de eso, hablo de las limitaciones que nos damos para desafiar nuestra libertad. Como decía con cierto mal gusto Borges acerca de la censura, aquello de que estimula la creatividad del artista, la economía de recusos fuerza la imaginación.
Amables contertulios, a su salud, Medeski, Martin & Wood, digamos que apenas un trío de jazz.
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