07 marzo, 2007

En esta tarde gris...


Música melancólica. Es que no hay vuelta de hoja: la idea de "tarde gris", de "día gris", me resulta una barrera infranqueable. Quiero decir: un tópico insuperable, un lugar común. Y a su vez esta noción de "lugar común" supone cierta carga peyorativa. "Era un texto plagado de lugares comunes" es un sentencia que pretende defenestrar el texto en cuestión. Sin embargo... Busco un mapa meteorológico1 y lo compruebo: toda la cuenca del Plata está bajo las nubes. Es decir, varios millones de rioplatenses habitamos hoy un lugar que cabe en la expresión "día gris". Y yo, entre esos millones, los días grises, lugar común, me pongo casi automáticamente melancólico. No sé, me imagino que en algún lugar de mi cuerpo se aloja una especie de glándula secretora de clorofila cuyo funcionamiento se resiente ante la falta de sol. Como con la reducción de las endorfinas, la ausencia de esa secreción me libra a un estado de abulia, pierdo la fe en la acción y quisiera, no sé si unos meses, como decía Girondo, pero al menos sí por todo el tiempo que dure el meteoro, vivir adentro de una piedra.

7 comentarios:

Vero dijo...

Tal cual. Me preguntaron cómo estaba, un día como hoy, y respondí "acá ando, nublada, como el día".

Anónimo dijo...

Cielo en blanco enorme lejísimo, por decirlo así.

FL dijo...

no se preocupe por los lugares comunes, ya todo es un lugar común, hasta la propia expresión "lugar común". ¿mala onda? NO, es que estoy como el día, gris.

Anónimo dijo...

Vero, ¿compartimos disposición vegetal a la secreción de clorofila?

Puck, ¡qué imagen! Concedido, no hay barreras infranqueables, al menos en lo que a los lugares comunes atañe, sólo hay pereza: aunque lo peculiar de los cielos grises es que se acercan, bajan, es su estar cerquísima lo que los hace antipáticos...

No ví mala onda, Fodor, no se preocupe tampoco. Atribuyamos todo a la caída de clorofila...

Y todo esto debemos rematarlo con un "siempre que llovió, paró".

Y cual susanitos, seguir jugando.

¡Qué barbaridad!

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Suele ponerme como el día en tardes como estas, creo que ya nos encontramos otras veces, con Girondo, el tango y toda la melancolía que nos inunda el cuerpo.
Igual que los días, descargamos un poco de llanto y después, porque siempre vuelve a salir, brillamos como el sol.

Silvia Sue dijo...

Yo por mi parte, en estos pasados grises días en que casualmente todos los problemas se me cayeron encima, o bien, me llovieron (por decirlo con la situación) he pensado invariablemente la misma frase: "Qué bien, hago juego"

Anónimo dijo...

Pero bueno, chicas, arriba el ánimo: hoy va a ser un día hermoso ;-)