O un nuevo aporte para la arqueocoverología
Una vez más, la cadena empieza más o menos por el final. Hace mucho, mucho tiempo, francamente, Luc usó esta canción en un post suyo que ahora no pude volver a encontrar:
Yo nunca fui un gran fan de Bowie. Me gusta, eso sí, un disco que sus fans y alguna crítica consideran menor, Outside, y, aún más y en su momento, la Tin Machine. Pero aquel día que Luc usó esta canción en su post, la cosa funcionó tan bien que ahí quedó alojada en mi memoria, una hermosa canción.
Y ahora, en estos tiempos de Youtube me vengo a enterar de que Bowie grabó este tema como homenaje a Nina Simone:
La voz de Nina es insondablemente blue. Suena tan escalofriantemente triste, tan sola, tan desamparada, que resulta verdaderamente difícil entender que todo haya partido de aquí:
Y esa es la parte interesante de la arqueocoverología: que es absolutamente incapaz de explicar cómo una canción tan fea como la de Johnny Mathis pudo convertirse en esto otro tan triste que Bowie y Nina trajeron a nuestros oídos.
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Diggin' the Tube - otras versiones de Wild is the wind, ya para siempre marcadas por la tristeza de Nina:
la inimputable Barbra Streisand, tan irrenunciablemente hollywood;
Cat Power, toda darkie, ella, ella y un redundante piano solo;
y una chica y su contrabajo: Esperanza Spalding, Piazzolla sobrevolando, vagamente un tango.
Y hay más, claro.
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1 comentario:
Bowie y Nina, qué decir, lo más alto. Mathis no es tan horrible, aunque los coritos me recordaron a los que escuchaba en casa, de chica, cuando mi viejo ponía los casettes de Julio Iglesias... Y ese fondo como valseado. Pero en fin, la canción es tan hermosa que se abre paso. Adoro a Cat Power. Entiendo lo de la redundancia: el piano tiene carácter de acento, ahí. Marca una porfundidad, creo yo. Streissand siempre está muy bien, pero claro, no me emociona, como sí Spalding. ¡Salud!
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