La escena incluye a un florentino que se dedica a la exportación de calzado para una firma japonesa. El lugar contiene cajas de zapatos, japoneses y una asistente argentina. El florentino se enoja y le dá por patear las cajas de zapatos. Algo se rompe, algo pasa, "acidente, il bambino Jesus e nato morto!", la asistente lo mira, morochazo bello, y lo desea. El jefe japonés no se inmuta y pide el estado de cuenta. La asistente lo entrega. "Mal", dice el japonés, y la asistente llora sobre su remington. Con sus ábacos en las manos, mientras el florentino patea cajas, otros japoneses hacen cuentas impecables...
1 comentario:
Me gustó.
Saludos desde Córdoba.
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