02 octubre, 2007

Cataplum

"Las tartas de nata golpean plenamente gracias
a tres cualidades inéditas y propiamente filosóficas.
Son azucaradas. Son opacas. Son blandas.
Nos alcanzan en lo que consideramos bueno, verdadero y bello."

Roser Berdagué traduce el
"Elogio de la tarta de nata",
de
André Glucksman,
en La estupidez.


Me pasa, a veces, que alcanzo a darme cuenta de que he caído en la estupidez. Es algo que no me sale decir sino así: "he caído", en perfecto compuesto, el tiempo que, dicen, en nuestra lengua, conecta el pasado con el presente. Algo ha pasado y mete sus patas en el ahora. Nunca podría decir "me doy cuenta de que caigo" en la estupidez. No sé, se me antoja que por definición es algo que no puede estar en la conciencia en el momento en que pasa. Mucho menos puede anticiparse. Tampoco, entonces, podría decir "caeré en la estupidez". Eso me permitiría conjurarla, tal vez. Pero la estupidez es fatal, y para cuando me doy cuenta, ya ha acontecido. (Hay un payaso en medio de la pista. En la barahúnda, una torta de crema lo sorprende realmente y le estalla en la cara. Para volver a su papel, escoge caer al suelo aparatosamente, patas arriba, los zapatotes rojos. El público ríe, aplaude, silba, grita, se compadece, se mofa; las reacciones del público son tantas. Terminado el número, el payaso se incorpora. Dirige la vista al lugar donde ha decidido imaginar al destinatario del gesto y, tocando el ala de su sombrero, hace una pequeña reverencia; lo escucho incluso murmurar "chapeau". Después, con la mayor dignidad de que es capaz, abandona la pista. En su carromato, se despinta la cara y mira en el espejo, durante todo el tiempo que dura el tiempo presente, su humanidad desvencijada).

8 comentarios:

Fodor Lobson dijo...

DESMITIFIQUE SU EGO EN TRES PASOS
1. reconocer la estupidez propia
2. no tomarse muy en serio a uno mismo
3. no tomarse nada en serio la imagen que uno cree que los demás tienen de uno mismo

Rain en ZQ. dijo...

Pablo, siguiendo con la lectura, encuentro el comentario y sonrío. Se suele invocar a no tomarse en serio a uno mismo. Yo misma lo he dicho varias veces, me lo he dicho, y cataplum,de pronto me he tomado en serio. He sido estúpida, a veces lo soy. Pero no soy en esencia estúpida, creo aparte falsa modestia :)

No nos tomemos en serio, ejem.
Ah, veo la cuestión idiomática, siempre en el fondo, y eso me recuerda un suceso escandaloso en el Congreso de Perú...
:) Una estupidez.



Salute, Pablo.

Fodor Lobson dijo...

jajajaa
is true raíz, es como utilizar la expresión "lugar común" que a estas alturas ya se ha convertido en un lugar común ella misma.

Vero dijo...

Y sí, a la estupidez te la topás, como le pasa al payaso con la torta, me gustó esa imagen. Pero el payaso tropieza dos veces con la misma torta al no reírse.
He caído en la estupidez tantas veces, ya ni se guarda el elemento sorpresa. ¿Otra vez sopa?, le he dicho. O más bien, ¿otra vez torta?

Anónimo dijo...

Es cierto, Vero. Aunque el payaso tiene la sonrisa pintada y no podemos verle, de lejos, la expresión.

Rain, Fodor, se me ocurre que parte del "efecto torta de crema" tiene que ver justamente con el darse cuenta más o menos súbitamente que uno se estaba tomando demasiado en serio a uno mismo, a los otros o a la escena entera.

betina dijo...

sacar una verdadera sonrisa, y no la pintada, ésa es la verdadera traducción de "he caído en la estupidez" para mí.


(lo reencontré, pablo, había perdido mis links favoritos en una rotura de máquina, y logré reconstruir, como trabajo de hormigas, el nombre exacto de su blog)

Anónimo dijo...

Después de contestarle a Vero, me pregunté si me interesaba poner a salvo la integridad narcisística del payaso. Me imaginé reescribiendo una de las frases así: "...escoge caer al suelo aparatosamente, muerto de risa, patas arriba, los zapatotes rojos...".

Pero me parece que a la estupidez no podemos hacerle trampas, no es conjurable. Si el tipo reacciona riéndose o no, si tropieza una o dos veces, no sé si hace gran diferencia. Mejor, claro, si sacara una sonrisa espontánea, supongo.

Betina, me halaga tu tenacidad.

Vero dijo...

Pablo, a mí el texto me gustó así como está. Que hayas puesto: "Para volver a su papel, escoge caer al suelo aparatosamente, patas arriba, los zapatotes rojos", eso me pareció tan triste, anticipa lo de la "humanidad desvencijada" del final. Esa simulación del payaso lo "desvencija" antes de verse al espejo. Si se hubiera reído no hubiese sido igual. En ese sentido me parece que sí hace diferencia. Lo prefiero tal como lo escribiste.