La frase es de un director de teatro de nuestra ciudadela, AKA La Plata, AKA la ciudad de las diagonales, acá, quiero decir.
Se la escuché dirigida a un pintor, muy amigo suyo, lo que otorga a la admonición un carácter tierno, que estaba haciendo una defensa de cierto espontaneísmo en la creación artística.
Como otras veces, me encuentro que el derrotero de Luciana (que por cierto estrena blog) y el de Carlos se cruzan como hacen cualesquiera paralelas y me sirven para algo, para seguir bifurcando los senderos: mientras Luciana se dispara hacia la cuestión de las damas irresolutas y Carlos hacia la de la fecundidad y la fecundación, yo me pongo a pensar en la cuestión de la técnica y su lugar en el hecho artístico.
Para algunos, posición legítima, la técnica lo es todo (o mucho), el arte es el oficio de dominar una técnica.
Para otros, posición legítima, la técnica es un estorbo que domestica la pulsión creadora o la potencia expresiva.
Unos y otros hacen alarde de la técnica: sea haciendo su exhibición o haciendo gala de su ausencia.
En el medio, como cabe, hay una tercera posición: los que la hacen invisible.
Entre Paganini y Sid Vicious, ahí lo tienen a Masliah, que pone cara de boludo, canta como si no tuviera voz y toca maravillas imposibles, hace magia, domina una técnica impecable, como si no la tuviera.
Vean si no el clip que colgó Luciana.
Yo, argentino.
11 comentarios:
qué bueno Pablo. Ese gusto por los coletazos, por las derivaciones, me resulta familiar. Buen aporte ése de la técnica invisible, el ejemplo me parece que viene como anillo al dedo. Y eso de "yo argentino"... así cualquiera, viejo. "Argentino" somos cualquiera (pero platense no, jajaja).
Mi estimado, lo de "yo argentino" era ironìa. Creo que mi posiciòn es clara (el argumento técnico NUNCA es suficiente para juzgar un hecho cultural). Igual, si la ironìa no se viò, hay una falla en mi texto.
A propòsito de derivaciones: me sorprendiò enorme y gratìsimamente para dònde llevaste lo del diapasiòn, me resulto enriquecedoramente inesperado y me pareciò ese un post de una riqueza enorme.
Al video lo pulsé, lo empecé a escuchar, lo paré, me fuí a buscar una medialuna de manteca y el termo.
Si uno va a disfrutar de cosas como esa, que sea en completud.
Perfecto sería si justo entrara sonriendo, y me pidiera un matecito, el amor de mi vida que no tuve. :)
Gracias, Pablo.
Pablo, la ironía estaba clara, y lo que vos sostenés también, lo mío era una joda (podríamos postular una ley: no hay que responder a una ironía con otra). Y los malentendidos... es esto de la palabra, vio.
Seguimos con las derivaciones, lo mejor, a mi juicio, que tiene esto de los blogs.
Pienso que solo con la técnica no puede juzgarse un hecho artístico, como bien decís Pablo. El hecho artístico pasa a ser mejor cuando además de dominar la técnica quien lo ejecuta pone su cuerpo, o por decirlo de otro modo, cuando puede verse el alma de quien lo realiza.
Por eso, como quise decir sin decirlo: pongámonos cómodos y dediquémonos a sentir. Me había traído el termo y me quedé en medias sobre la alfombra. La ténica me pasó por encima.
Usted lo dijo, Carlos: quien habla mete la pata. No postulemos leyes (aunque la prudenciua no está de más y la ironía por escrito es complicada) y sigamos corriendo el riesgo, digo yo.
Ah, Mariana, el alma, qué cosa más resbaladiza.
Silvia, you can leave your hat on ;-)
Pablo, gracias al link, nos cruzamos con Carlos (que parece obsesionado por nuestro origen platense, jeje). Añado Añadiduras a mi itinerario de navegación...
Beso!
Lu
Obsesionado no, estimada, le planteo una leve corrección al curso de su discurso: encantado. No pregunte por qué; no tengo ni idea, o son de esas ideas tontas como la camiseta, ir al mismo colegio, coleccionar las mismas figuritas, que nos guste la misma banda. ¿Búsqueda de cierta familiaridad? Qué se yo.
Luciana, qué bueno. No sé por qué, esto de resultar involuntario conectador de blogs me resulta un destino amable, ¿no les pasa a ustedes?
Carlos: una búsqueda de familiaridad o (que puede ser "y" ;-) unas ganas de desacelerar el vértigo de lo Otro, digo, pensando en voz alta...
Abrazos, gente.
el vértigo de lo Otro, Pablo, es como si fuese el título de un texto que me está esperando, ¿cómo me podría resistir? El tema es que puede llevar años, já.
Sí, la otredad avertigina.
Publicar un comentario