"...enterrar el cadáver del amor. Doler: hacer duelo, despedirse, dejar
ir lo que (se) ha partido, no temer a la disolución de lo que es
soluble, después de todo, nada hay que no tenga su solvente. Aún el
cuerpo muerto del amor se descompondrá de alguna manera y admitirá su
derrota, víctima del tiempo (ese mismo tiempo que se empecina en
obligarnos a repetir incansablemente, con monotonía de secundero, que
es aquello que todo lo cura, que todo lo borra, que todo lo puede).
Enterrar el cadáver del amor..."
1 comentario:
Cómo me gustaría...
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