Postulo que
esto y
esto no constituyen
momo, puesto que, si bien no se convocan ni se sospechan ni se intertextan ni se refieren, el lector avieso, tercero en discordia, condenado a suponer lo que no hay donde no está, puede tender entre ellos un enlace (que no un link) tenue y caprichoso. Como cualquier enlace...
4 comentarios:
Yo postulo que el momo no existe pero que los hay los hay.
Lo de Virginia es de una belleza tan delicada que me halaga mucho la sutil relación.
Y además, con ella tenemos una conexión extrasensorial de vaya a saber qué tipo y factor.
Últimamente los platenses me están mimando demasiado. ¿Estaré por morir? Se agradece algún tipo de información al respecto, así voy a la peluquería o algo.
Ah, no, si te lo vas a tomar como un mal agüero no te linkeo más, no te linkeo!!!! Vamos, que usted se lo merece...
¡Pablo! :)
Nos amanecemos entre montones de papeles, eh... A veces he imaginado una catedral de hormigas en fondo pintado a la manera de un vitral. Y ni que decir de la hermosa Luc. Ella (nada de rebote de flores enviadas, lo sabes Pablo)es paradigmática...que por deux, que diga lo que ha dicho me es como una caricia cibernética -que de hecho existen, sino vaya a saber qué es este post tuyo- ¡que hace bieeeen!. Y con caricias y sonrisas (toda yo dulcita dominical) me voy.
Qué halago curioso resulta pensar que una forma que uno ha escogido para expresar una vaga intuición pueda servir en la imaginación de alguien más!
Un abrazo, Rain :)
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