12 agosto, 2011

Honner cumple, Medeski dignifica

Érase una vez una reunión de músicos. Había entre ellos violinistas, pianistas, guitarristas, saxofonistas. Habíase admitido no hace mucho incluso bajistas. A uno alguien le preguntó:

-Y vos, qué tocás.

-La melódica- dijo, sin que un pelo se le moviera y provocando un amplio despliegue de miradas de desprecio y conmiseración.

-Pero soy John Medeski, bolú.



("Honner", y usted no tiene por qué saberlo, es, o al menos fue hasta hace unos años, un fabricante muy popular de instrumentos "menores", esos mas bien destinados a introducir párvulos en el ejercicio de la música, tales como armónicas, melódicas y flautas dulces. Ignoro qué habrá hecho con ellos la competencia china, también omnipresente en el mercado de los instrumentos musicales. Ignoro también si la melódica que toca Medeski en este video es de ese fabricante. Su nombre aparece aquí porque tiene dos sílabas, como tiene tres el apellido "Medeski". El metro y el ritmo de la frase del título queda así salvaguardado).

2 comentarios:

crlo dijo...

hay un camino que va de atrás para adelante: primero aprendés a tocar en un super Stenway, Moog Lunar, o lo que sea, y después te subís a una melódica y la dejás hecha fleco. El que sabe sabe, y el que no se pone técnico forward y forward pero sigue burro. Esto me lo dijo Bill Bruford tamborileando con los dedos en una mesa sucia.

Pablo dijo...

Por ahí es mas bien una parábola o algo así: no se empieza con el Stainway de una. Pero sí, la idea es esa, que la mesa haga la música que el músico quiere y no la que pareciera desprenderse de su naturaleza de mes.

Y lo de Bruford, mi estimado, no se lo creo, fíjese, por lo siguiente: Bruford no tamborilea. Haga lo que haga, es un concierto. Entonces usted asistió a un concierto Bruford, para mesa sucia (no preparada).