30 julio, 2009

Que no es poco

Media hora después de que sonara el despertador, me levanto. Voy al baño, abro la ducha. Vuelvo al living y prendo la computadora mientras el agua toma temperatura. Subo el calefactor. Vuelvo al baño. Me desvisto, entro a la ducha, me baño. Salgo. Tirito, me seco. Me pongo una remera, un buzo, los calzoncillos. Busco el secador de pelo. Voy a la computadora. Mientras busco información del clima, me seco los pies. Un grado bajo cero, afuera. Me aplico la loción antimicótica. Me termino de vestir. En la cocina, pongo la pava al fuego, vacío el mate de la yerba de ayer, la renuevo. Espero. Con el mate, vuelvo a la computadora. Escribo esto. El calor del mate, recorriendo mis vísceras, me permite identificar una parte de mi que supongo esófago. El calor se difunde desde esa columna interior, por el pecho, el abdomen. Me acerco al punto final. El cuerpo está cálido, la casa también. Los demás duermen. Creo que estoy listo. Empieza mi día. Salgo al frío...

1 comentario:

Pablo dijo...

Bueno, Jaqueline, te agradezco el halago, aunqeu el blog esté en animación suspendida. Agregalo a tu directorio, si querés. Slaudos.